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Los cimientos del Colegio Liceo Europeo

29 marzo, 2017

Este blog lleva como subtítulo ‘la Institución Libre de Enseñanza’ de la que, desde siempre, el Colegio Liceo Europeo se ha sentido heredera. Es ilustrativo recordar lo que esta institución, creada por Francisco Giner de los Ríos y otros catedráticos, en el año 1876, supuso en la historia de la educación española, en su propio contexto histórico, cuando la educación, en aquel momento, transmitía una concepción dogmática, del hombre, de la vida y de lo social, al margen de la ciencia.
 
Casi doscientos años después, resulta emocionante comprobar la actualidad de aquellos valores pedagógicos, y constatar la fidelidad con la que, en la actualidad, el Colegio Liceo Europeo, cimenta su pedagogía, su ‘forma de hacer’, en aquellos valores.
 
Hay una forma transparente y sencilla de demostrar esa fidelidad pedagógica. A través de una breve antología textual de cómo entendían que se debía educar, los autores que la crearon, y cotejarla con el estilo educativo del Colegio Liceo Europeo.
 
Hemos tomado los textos del libro en homenaje a Manuel Bartolomé Cossío PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS DE LA INSTITUCIÓN (publicado en 1908), manteniendo su propio estilo literal.
 
Principios filosóficos de la educación
 
ANTOLOGÍA
 
‘La Institución se propone, ante todo, educar a sus alumnos. Por ello precisamente no es la Institución, ni puede ser de ningún modo, una escuela de propaganda. Ajena a todo particularismo religioso, filosófico y político.’
 
‘Pretende despertar el interés de sus alumnos hacia una amplia cultura general, para cimentar luego en ella, según les sea posible, una educación profesional de acuerdo con sus aptitudes y vocación, escogida más a conciencia de lo que es uso.’
 
‘Tiende a prepararlos para ser en su día científicos, literatos, abogados, médicos, ingenieros, industriales; pero sobre eso, y antes que todo eso, hombres, personas capaces de concebir un ideal, de gobernar con sustantividad su propia vida.’
 
‘Juzga la coeducación uno de los resortes fundamentales para la formación del carácter moral, así como de la pureza de costumbres, y el más poderoso para acabar con la actual inferioridad positiva de la mujer.’
 
Principios pedagógicos
 
‘Para conseguirlo, quisiera la Institución que, en el cultivo del cuerpo y del alma, «nada les fuese ajeno».’
 
‘Trabajo intelectual sobrio e intenso; juego corporal al aire libre; larga y frecuente intimidad con la naturaleza y con el arte; absoluta protesta, en cuanto a disciplina moral y vigilancia, contra el sistema corruptor de exámenes, de emulación, de premios y castigos, y de espionaje y de toda clase de garantías exteriores; vida de relaciones familiares, de mutuo abandono y confianza entre maestros y alumnos.’
 
‘Estos principios, cree la Institución que deben y pueden extenderse a todos los grados, porque en todos caben intuición, trabajo personal y creador, procedimiento socrático, método heurístico, animadores y gratos estímulos, individualidad de la acción educadora en el orden intelectual como en todos, continua, real, viva, dentro y fuera de clase.’
 
Los planteamientos didácticos
 
La función del maestro
‘La Institución, aspira a que sus alumnos puedan servirse pronto y ampliamente de los libros como fuente capital de cultura; pero no emplea los llamados «de texto, por creer que todo ello contribuye a petrificar el espíritu y a mecanizar el trabajo de clase, donde la función del maestro ha de consistir en despertar y mantener vivo el interés del niño, excitando su pensamiento, sugiriendo cuestiones y nuevos puntos de vista, enseñando a razonar con rigor y a resumir con claridad y precisión los resultados.’
 
La labor del alumno
‘El alumno los redacta y consigna en notas breves, tan luengo como su edad se lo consiente, formando así, con su labor personal, única, fructuosa, el solo texto posible, si ha de ser verdadero, esto es, original, y suyo propio.’
 
La función de la clase
‘La clase no sirve, pues, como suele entenderse, para «dar y tomar lecciones», o sea para comprobar lo aprendido fuera de ella, sino para enseñar y aprender a trabajar, fomentando, en vez de pretender vanamente suprimir, el ineludible esfuerzo personal, si ha de haber obra viva, y cultivándolo reflexivamente, a fin de mejorar el resultado.’
 
Las actividades que ahora llamamos extraescolares
 
‘Las excursiones escolares, elemento esencial del proceso intuitivo, forman una de las características de la Institución, desde su origen. En ellas la cultura, el aumento de saber, .el progreso intelectual, entran sólo como un factor, entre otros. Lo que en ellas aprende en conocimiento concreto es poca cosa, si se compara con la amplitud de horizonte espiritual que nace de la varia contemplación de hombres y pueblos; con la elevación y delicadeza del sentir que en el rico espectáculo de la naturaleza y del arte se engendran;…; con la serenidad de espíritu, la libertad de maneras, la riqueza de recursos, el dominio de sí mismo, el vigor físico y moral, que brotan del esfuerzo realizado, del obstáculo vencido, de la contrariedad sufrida, del lance y de la aventura inesperados .’
 
Ya entonces, sus creadores propugnaban la libertad de enseñanza, que todavía hoy sigue siendo problemática, pues entendían:
‘En el proyecto de creación, dicen sus fundadores, que obedece a la necesidad de sustraer a la esfera de acción del Estado, fines de la vida y órdenes de la actividad que piden una organización independiente; que la historia contemporánea muestra la dificultad de armonizar la libertad que reclaman la investigación científica y la función del profesor con la tutela que ejerce el Estado, el cual tiende, a veces, a desconocer, en su origen, el valor absoluto de la ciencia y la fuente pura de donde se derivan los bienes que está llamada a producir para el individuo y para la sociedad.’
Resulta sorprendente, al leer estas afirmaciones, en un texto del año 1908, la coincidencia con el Colegio Liceo Europeo, en lo referente al no uso de (los libros) llamados ‘de texto’, a la consideración de lo que es el verdadero saber del alumno, a la función de las clases y a la relación entre profesores y alumnos.
 
Establecían la coeducación como algo natural, garante de la formación moral, la obligación de cultivar el cuerpo y el alma pues, ‘nada le debe ser extraño’, la supresión de los exámenes y de los premios y castigos ‘pues son un sistema corruptor’, el fomento de las dimensiones  artísticas, que ‘sólo echa raíces en el alma a fuerza de intimidad  y de abrazarse a ellos; con la serenidad de espíritu, la libertad de maneras, la riqueza de recursos, el dominio de sí mismo, el vigor físico y moral, que brotan del esfuerzo realizado, del obstáculo vencido, de la contrariedad sufrida, del lance y de la aventura inesperados.’
 
Es evidente donde se apoyan las raíces del estilo educativo del Colegio Liceo Europeo.

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